Zaña es un nombre histórico en el norte del Perú. Calificado por la Unesco como repositorio vivo de la historia y de la esclavitud, es patrimonio nacional y emblema de la memoria. Hoy esas paredes antiquísimas son un atractivo turístico de la región de Lambayeque. 

El pueblo está vivo y habitado gracias a la persistencia de sus habitantes. Hubo muchos que huyeron, pero otros permanecieron para cultivar el arraigo a la tierra. Las ruinas más destacadas son las de la iglesia Matriz, el convento de San Francisco, el puente colgante, la iglesia y convento de San Agustín y otras edificaciones. Zaña es uno de los epicentros de la cultura afroperuana. 

La magnificencia de las construcciones, con altos muros de adobe y arcos y cornisas profusamente decorados, da cuenta del esplendor de Zaña en la época virreinal. Es un pueblo muy simpático y pintoresco, y un extraordinario paseo desde Chiclayo. El trayecto es de unos 50 kilómetros. 

¿Qué hacer en las ruinas de Zaña?

• Caminar entre las edificaciones. Se pueden visitar todas las ruinas que son auténticas maravillas arquitectónicas. El convento de San Francisco es un espacio inmenso con arcadas, al igual que el de San Agustín del que hay todo una nave con una cúpula. De la iglesia Matriz se conserva mucho, incluyendo buena parte del frontis. 

• Recorrer el pueblo. Zaña tiene una simpática plaza de Armas, con estatuas de afroperuanos realizando distintas tareas. Es un buen lugar para conocer más sobre esta cultura. 

• Disfrutar de la gastronomía. Hay varios restaurantes en Zaña, ubicados en los alrededores de la plaza de Armas. El seco de cabrito a la norteña con frejoles es de gran calidad, y puedes encontrar también carapulcra. 

• Ir al río. El río Zaña cruza el espacio por la zona sur del pueblo. Hay un puente colgante que puede atravesarse. Consta de tablas de madera suspendidas mediante guayas y lleva más de cien años en esa ubicación. También puedes bajar al río, muchas personas van a lavar autos y motos. 

¿Cómo llegar a las ruinas de Zaña?

En auto particular. Es muy fácil encontrar el camino a las ruinas de Zaña desde Chiclayo. Toma la Panamericana Norte a partir de la avenida Haya de la Torre, para salir de Chiclayo por el lado sur. Después de pasar los pueblos de Reque y Mocupe, gira a la izquierda para tomar la carretera a Zaña. Desde el parque Principal de Chiclayo son 47 kilómetros que se cubren en una hora aproximadamente. En Zaña hay suficiente espacio para parquear y recorrer el pueblo caminando. 

En transporte público. Desde el terminal Epsel salen combis hacia Zaña todo el día. Cobran siete soles por pasajero y tardan en llegar una hora aproximadamente. Salen desde el paradero en la avenida Nicolás de Piérola. Desde donde te deja la combi hasta las ruinas y para recorrer el pueblo todos son trayectos que se pueden hacer a pie. Sin embargo, hay mototaxis disponibles. 

En tour privado. Compañías de turismo de Chiclayo ofrecen el recorrido hacia Zaña, combinándolo con una vista a Puerto Etén. El precio puede oscilar entre 60 y 120 soles, dependiendo de lo que incluya, como desayuno y almuerzo. Está garantizado el transporte de ida y vuelta y cuentan con guías especializados. 

Recomendaciones

• Si vas por cuenta propia ve temprano. Salir a primera hora de Chiclayo te garantiza llegar a media mañana a Zaña y poder recorrer todas las ruinas y visitar el puente colgante. 

• Visita el museo Afroperuano. De iniciativa privada, está localizado en la calle Independencia, dos cuadras al norte del parque de Zaña. Cuenta con diversos recursos que explican las tradiciones de la comunidad afroperuana. 

• Protégete del sol. Utiliza protector solar, gorra y mangas largas para protegerte del sol de Lambayeque. 

• Sigue las indicaciones de los guías. En las ruinas conseguirás expertos que te guiarán durante el recorrido. En muchos sitios está prohibido pasar y hay que atender todas las directrices de los especialistas.