Augusto B. Leguía fue un presidente del Perú, que gobernó durante 15 años dejando una impronta que sobrevive hasta hoy, en obras y monumentos.
La casa de los Leguía es hoy sede de un colegio privado. De color amarillo fuerte con cornisas blancas, con balcones y rejas, es uno de los símbolos de la ciudad. Se puede pedir permiso, si está abierto, para visitar la entrada que conserva las losetas originales y el techo de madera con vigas cruzadas.
En muchas oportunidades se ha planteado que el edificio tenga el uso histórico y cultural que amerita. Sin embargo, la propiedad permanece inalterable, perdiendo su esencia y siendo remodelada sin tomar criterios históricos. Observarla permite tener una visión de cómo era Lambayeque en su época de mayor esplendor colonial.
En transporte público. Desde Chiclayo, tienes que llegar a Lambayeque para conocer la casa de Leguía. Las combis salen desde su paradero en la avenida Eufemio Lora y Lora con Vicente de la Vega. El boleto cuesta entre dos y cuatro soles, y las unidades salen desde muy temprano en la mañana hasta muy tarde en la noche. La casa está ubicada sobre la calle Atahualpa.
En auto particular. Un punto para encontrar la vía a Lambayeque es el Mall Aventura Plaza. Allí nace la Panamericana Norte que pasa por el pueblo. Sigue por esta vía y el recorrido lo cubrirás en unos 10 minutos. Al entrar a Lambayeque por el sur, busca la calle Huamachuco. La plaza de Armas está dos cuadras a la izquierda de la entrada al museo Brüning. Al frente está la casa de Leguía. Hay espacio para estacionar.
En tour privado. La casa de Leguía es uno de los atractivos que se muestran a todas las personas que viajan en tour a Lambayeque. Los boletos pueden oscilar en el precio, dependiendo de lo que se incluya, como, por ejemplo, el almuerzo. Lo positivo de estos tours es que incluyen una panorámica completa de la ciudad.
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